Mariano Rajoy convocó este lunes a la cúpula de su partido para trasladar algunos mensajes, pero no resolvió las dos incógnitas más importantes que tienen los dirigentes. Ni dio fechas para la elección de las candidaturas clave, en especial las de Madrid, que es el centro de comentarios en todo el partido, ni aclaró si está dispuesto a seguir adelante con la reforma de la ley electoral, que favorecería mucho al PP y que los alcaldes le reclaman para frenar la pérdida de poder prevista en las autonómicas y municipales de 2015. Además, nadie solicitó la palabra cuando él terminó, así que no le pidieron siquiera que despejara incógnitas.
El presidente se refirió a la reforma electoral, que ha dominado la agenda del partido en las últimas semanas, solo de pasada y con una frase: “Este es un asunto muy complicado. Hay que hacer las cosas bien y no hacer las cosas mal”. Explicó a los suyos que el Gobierno se ha dado dos meses de plazo para negociar con los grupos esta y otras medidas que incluye en un paquete llamado de regeneración democrática, pero no aclaró si está dispuesto a seguir adelante aunque el PSOE no apoye la reforma del sistema de elección de los alcaldes.
Rajoy, que tiene una gran presión en el PP porque muchos alcaldes y dirigentes locales entienden que esta es la última oportunidad para hacer la reforma con la mayoría absoluta que tienen en el Congreso, de momento sigue adelante con su propuesta para aprobarla antes de las elecciones de 2015.
El portavoz del partido, Carlos Floriano, criticó al PSOE por rechazar la iniciativa en este momento. “Vamos a seguir buscando el consenso con todos, incluidos los socialistas. El PSOE dice que hacemos la reforma en el último minuto del partido. Quedan ocho meses para las municipales y se dice que es malo. A cuatro meses de las elecciones andaluzas se cambió la ley para que los alcaldes no pudieran presentarse al Parlamento autónomo. Creemos que darles la palabra a los ciudadanos para luego violentarla en los despachos es una mala práctica democrática. A partir de ahí, la manera de formularla es discutible”, señaló Floriano.
El Gobierno tiene previsto reunirse esta semana, probablemente el jueves, con el PSOE para discutir estos asuntos. Serán José Luis Ayllón, mano derecha de Soraya Sáenz de Santamaría, y Antonio Hernando, nuevo portavoz parlamentario del PSOE, los interlocutores. El PP debate ahora internamente qué propuesta lleva a esa cita. Si es la que querían los populares, esto es: un premio de mayoría al que obtenga el 40% de los votos con una diferencia con el segundo del 5%, que haría directamente alcalde al primero, lo que beneficiaría al PP, u opta por fórmulas más suaves, como la segunda vuelta que en su día planteó el PSOE. Los socialistas insisten en que no aceptarán ninguna de las dos propuestas a solo unos meses de las elecciones y proponen dejar el asunto para la siguiente legislatura. Pero el PP presiona a Rajoy para que siga adelante.
En cualquier caso, lo que no está previsto es extender esta reforma a las elecciones autonómicas, como piden algunos barones que también ven peligrar sus puestos. Floriano, y antes María Dolores de Cospedal, han dejado claro que están hablando de los alcaldes y que de lo demás se podrá hablar en otras legislaturas.
Rajoy dejó, por tanto, la cuestión en el aire y tampoco tranquilizó a sus dirigentes sobre las candidaturas para las municipales y autonómicas. Hay dudas y especulaciones en muchas autonomías y Ayuntamientos, en especial en Madrid, pero también en otros lugares, como la Comunidad Valenciana o Castilla y León. Muchos dirigentes han pedido, en público y en privado, que se aclare cuanto antes este asunto para que los que van a seguir como candidatos puedan hacer campaña con más tranquilidad y los que van a llegar nuevos puedan empezar cuanto antes a darse a conocer o a consolidar su posición. Pero Rajoy se niega. “El plazo para la elección de candidatos lo marca la ley, no hay ninguna prisa. Haremos lo que nos convenga”, se limitó a decir. Eso implica que podría suceder como con Miguel Arias Cañete, que no fue confirmado hasta dos meses antes de los comicios.
El presidente se concentró en un discurso económico y lanzó una advertencia a sus barones: nada de ponerse a gastar en año electoral. Dijo que estaba “muy preocupado con el cumplimiento del déficit” comprometido con Bruselas porque “va en ello la credibilidad de España”. Y llegó a decir gráficamente: “Las elecciones no se ganan por inaugurar una carretera”. Esto es, la austeridad sigue. El mensaje fue rápidamente captado por todos. Algunos incluso intercambiaron miradas cómplices, según varios presentes.
El presidente se mostró muy tranquilo y convencido de que el Partido Popular es el partido mejor situado para las elecciones autonómicas y municipales porque sus votantes se han ido a la abstención y no a otros partidos. “Nos estamos recuperando de las europeas de manera acelerada”, dijo Floriano.
Fuente: El País
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