lunes, 11 de agosto de 2014

Reformas para recortar el gasto público. La ola de fusiones no llega a España


Francia dejará sus 22 regiones en 9 e integrará municipios para que el tamaño mínimo sea de 20.000 habitantes.


Suecia estudia eliminar la mitad de sus 21 regiones


Italia erradicará provincias y creará grandes áreas metropolitanas.


Consecuencia de la crisis, Grecia, Italia y ahora Francia saldrán más ligeras de equipaje. Con el objetivo de reducir gasto público, han decidido adelgazar su aparato administrativo, y la fusión de ayuntamientos, incluso de regiones, ha sido la fórmula que triunfa más allá de Pirineos, pero en España no cuaja. La reforma local impulsada por el Gobierno central no obliga a integraciones y solo incentiva y muy poco las alianzas. La Xunta quiso abanderar la fusión de municipios, pero hasta el momento solo Oza y Cesuras, que suman algo más de 5.000 habitantes, han sellado su unión.


Francia es el último país en Europa que se ha sumado a la lista de Gobiernos que impulsan un drástico recorte en su modelo organizativo. Reducirá regiones y fusionará ayuntamientos. Antes fue Italia, que también recorta escaños y poderes en el Senado, y Grecia. La crisis económica hace temblar las arcas de los Estados, y éstes buscan aligerar las facturas de gasto para contener el déficit, metiendo la tijera al aparato burocrático.La ola de fusiones que estos tres países fuerzan en aras de una mayor eficiencia de la administración no llega sin embargo a España, y eso que hay voces que apuestan por una poda en el número de consistorios, y más las que abogan directamente por cargarse el Senado. La reforma local ya aprobada ha quedado desdibujada y las integraciones serán solo voluntarias y para animar a uniones se contemplan incentivos económicos. Las Diputaciones, que para el BNG por ejemplo deberían desaparecer, son las ganadoras.


El Gobierno trabaja en la revisión de la Cámara Alta para que sea sobre todo cámara de representación territorial, pero ni se le pasa por la cabeza eliminarla, lo que obligaría a un cambio constitucional. La Xunta quiso ser el adalid de las fusiones locales, pero desde que anunció la primera, la de Oza-Cesuras, un concello de la provincia de A Coruña que ahora suma algo más de 5.000 habitantes, no ha cuajado ninguna más. Las reticencias de los regidores son muchas, aunque desde el PPdeG sostienen que alguna se está fraguando.


Francia. El Gobierno socialista de Francois Hollande y su primer ministro, Manuel Valls, de origen español, impulsa un lavado de cara al aparato institucional del país. El objetivo es ahorrar al menos 12.000 millones de euros en los próximos años. La Asamblea gala ya dio el visto bueno solo con el voto de los socialistas al proyecto de ley que dibuja la reducción de regiones, al pasar de 22 a 13. Y solo cuatro se mantienen igual. El nuevo mapa regional entrará en vigor en enero de 2016, pero no se descartan más integraciones. Estas nuevas regiones tendrán más competencias, que quitarán a las provincias o departamentos, que desparecerán a partir de 2020. Las asambleas o consejos generales están ahora integradas por más de 4.000 cargos públicos electos.


En España casi es inconcebible imaginar solo el debate de eliminar autonomías. En el país vecino se ha hecho y además sin suscitar un frente rebelde en las propias regiones. La oposición, además, no es beligerante y si no ha dado el visto bueno al plan de Hollande y Valls, es sobre todo porque se ha presentado a prisa y corriendo y no se ha negociado con ella. ¿Por qué no suscitó el rechazo que seguró levantaría en España? Porque en la nación gala las regiones no tienen el componente identitario que tienen aquí . Y donde lo hay no se ha tocado la región. Es el caso de Bretaña o Alsacia. "Para Francia, reducir regiones solo es un problema de gestión, sin embargo para España es una cuestión política, identitaria e histórica", argumenta Enrique Varela, profesor de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Vigo. "No podemos obviar la tradición jacobina de Francia, mientras que España historicamente es diversa y plural", añade. El proyecto de Hollande y Valls es de calado. También contempla la integración de los municipios de menos de 20.000 habitantes. En la actualidad, Francia es el país con más consistorios del mundo: 36.700. España tiene 8.117. Y reducir a la mitad las 13.400 mancomunidades que prestan servicios a varios ayuntamientos. "Fusionar municipios será más complicado. Tienen más tradición que las regiones y ahí ya hay oposición. Además hay regidores galos con muchos poder en el seno de su partido y en su país son considerados casi como ministros", explica Enrique Varela.


Italia. El primer ministro Matteo Renzi, que llegó al Gobierno a comienzos de año prometiendo una reforma cada mes y cuya "energía y visión" sorprendió al propio Barack Obama, ya llevó a la Cámara de los Diputados en abril el proyecto de ley para suprimir provincias y cambiarlas por ciudades metropolitanas. Renzi, en su propia cuenta de Twittter, defendió entonces que "3.000 políticos dejarán de recibir una pensión del bolsillo de los italianos". El ahorro será de 800 millones de euros al año. Su plan pasa porque a partir de 2015 Italia se divida en ciudades metropolitanas, que sustituirán a las provincias, y con ayuntamientos fruto de la integración de varios consistorios. En España la reforma local pasa por reforzar el papel de las Diputaciones, las grandes beneficiarias del plan de Montoro para modernizar la estructura local del país. Deben prestar los servicios que los ayuntamientos más pequeños no pueden. La fusión de los concellos en España quedó en nada, aunque en torno a este debate se han derramado ríos de tinta. Los regidores dieron un golpe en la mesa y demostraron su poder.


Otra reforma ya esbozada en el papel por el equipo de Renzi y que la oposición italiana intenta boicotear es la del Senado. Renzi, líder en auge tras su éxito en las elecciones europeas, quiere convertirlo en una Cámara de las regiones, con 148 escaños en total, frente a los 320 de ahora. Serán ocupados sin sueldo por los presidentes de las regiones y alcaldes de las capitales de cada región. En este caso, el Gobierno italiano no solo quiere meter la tijera en el apartado de gastos. Busca ganar eficacia, pues Italia, con el sistema bicameral perfecto, podía tardar años en aprobar leyes necesarias para la marcha del país.


En España, se han alzado voces reclamando la eliminación del Senado, que este año maneja un presupuesto de 51,7 millones de euros. Los políticos confiesan su inutilidad y que la Cámara Alta es un cementerio de elefantes, a donde van parar viejas glorias de la política a la espera de la jubilación. El partido en el Gobierno propone una reforma para reforzar su carácter como Cámara de representación territorial, pero el PP se niega a su desaparición.


Grecia. En mayo de 2010, en pleno rescate de la UE, Grecia se cepilló 679 municipios y quedan solo 355 frente a los 1.034 de antes de la explosión de su crisis. Solo sobreviven los Ayuntamientos que tienen más de 10.000 vecinos. El objetivo fue recortar 1.185 millones de euros de gasto público en un país sobrepasado por el endeudamiento. El ahorro de recursos públicos supone también reducir a la mitad los actuales 50.000 cargos políticos municipales griegos.


El Parlamento griego acordó también que los comicios locales se celebren cada cinco años y no cada cuatro para coincidir con las elecciones europeas, y así ahorra 75 millones de euros al hacer coincidir campañas electorales


Suecia. A raíz de la crisis económica, Islandia pasó de 7.200 a 76 ayuntamientos y Letonia, de 500 a 118. Suecia, no tanto por las estrecheces económicas, debate quedarse con menos de la mitad de las 21 regiones en que se organiza ahora. En el pasado ya aplicó un drástico recorte a los consistorios, de 2.282 a 286.


Fuente: El Faro de Vigo







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