En un reciente libro, Pierre Rosanvallon ha puesto de relieve que integridad y transparencia son dos imperativos del buen gobierno, así como de la democracia de confianza. En efecto, sin integridad y transparencia no se puede pretender reforzar esa institución invisible que, como también la enunciara ese mismo autor, representa la confianza depositada por la ciudadanía en lo público y en sus representantes y agentes; es decir, en sus propias instituciones […] (De la introducción a la obra "Integridad y transparencia, imperativos de una buena gobernanza", que se editará en breve)
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